¡Buenas!
Creo que, junto al aceite de oliva, el aceite de girasol es uno de los más conocidos en la población españolas. Ambos están muy presentes tanto en nuestra cocina como en nuestra cosmética, y centrándonos en el girasol, sus flores y semillas son fácilmente reconocibles.
¿Pero de verdad conoces las propiedades y usos del aceite de girasol? Si has pensado en él como emoliente y producto «calmante», no vas mal encaminada, pero a continuación te dejo un monográfico sobre este fantástico recurso natural.
Introducción
El girasol (Helianthus annuus) es una planta alta nativa del norte de México y del suroeste de Estados Unidos1,2,3, introducida en Europa por los colonos españoles4. Originariamente, los nativos americanos la usaban como comida, medicina y fuente de tintes vegetales2,3. Actualmente se cultiva en varios países (EEUU, Rusia, Ucrania, Rumanía, Argentina, Francia, Canadá, Hungría, Bulgaria, Turquía, Serbia, China y la India, entre otros)4 como alimento y por su aceite, el 4º más usado a nivel mundial, aunque en general todos sus componentes tienen algún uso1,3,4,5.
Todos tenemos en mente la imagen del girasol, con sus largos tallos verdes y sus impactante flores: increíbles rosarios de pipas totalmente simétricos coronados por pétalos de un intenso y brillante color amarillo. Estas plantas presentan heliotropismo, propiedad por la cual son capaces de seguir al sol para obtener la máxima exposición a sus rayos (de ahí su nombre)4.
Composición
En términos cosméticos, nos centramos en el aceite obtenido de las pipas de girasol. Se presenta como un líquido dorado pálido con un sabor suave y ligero3. En términos de composición, destaca por ser rico en vitamina E y tener un perfil lipídico marcado por el ácido linoleico3,5. Concretamente (los porcentajes varían según la fuente consultada), contiene ácido linoleico (entre 61,5% y 71,7%), ácido oleico (entre 19% y 31%), acido palmitico (entre 6% y 11%), ácido esteárico (entre 3% y 7%) y otros (araquídico, linolenico,mirístico, gadoleico, behénico, tetracosanoico, palmitoleico…)1,2,4,6. Todo esto aderezado con lecitina, tocoferoles, carotenoides y ceras3,5
Oleodestilato de girasol
Gracias a la selección de semillas de variedades de girasol ricas en ácidos grasos esenciales, podemos obtener un aceite con mayor porcentaje de estos elementos. Este aceite suele tratarse con procesos físicos que usan la fracción insaponificable. Se realiza una destilación molecular centrífuga, y luego el resultado se purifica mediante destilación por arrastre de vapor. El producto final obtenido es el oleodestilado de girasol, un principio activo concentrado que contiene 10 veces más de fracción insaponificable (aproximadamente un 90% de ácidos grasos, 5% de fitoesteroles y 1% de tocoferol; como valores orientativos7)2,8.
Propiedades
Las propiedades del aceite de girasol son justificables, en su mayoría, por su composición. Se ha comprobado que los aceites ricos en ácido linoleico aportan efectos beneficiosos a la piel, ya que preservan la integridad de la piel y aumenta la hidratación de la misma sin provocar eritema 1,9,13. Esto se explica en tanto que el ácido linoleico es un agonista de los receptores PPAR-α, que logra aumentar la proliferación de keratinocitos, la síntesis de lípidos en estas células (colesterol y ceramidas, esenciales para la función barrera de la piel), y en general contribuye a una homeostasia cutánea óptima2,5,7,910,11,12,13. Además, la composición general es muy parecida al perfil lipídico del estrato córneo2,10,12,19.
En general, el aceite de girasol es muy apropiado en el cuidado de la piel por sus propiedades emolientes, antinflamatorias y antioxidantes1,2,3,12,17,19. El ácido linoleico contribuye a mantener íntegra la función barrera, lo que a su vez se traduce en mayor hidratación cutánea16, menos pérdida transepidérmica de agua (TEWL) y un mejor aspecto general (puede revertir y curar lesiones escamosas y dermatosis)2,9,12. Estos efectos se comprobaron, por ejemplo, con un crema que contenía un 2% de oleodestilado de aceite de girasol7. También se comparó una crema con 2% de oleodestilado de aceite de girasol frente a una crema de butirato propionato de hidrocortisona 1mg/g en 40 niños con dermatitis atópica, viendo que tras 3 semanas aplicándolas 2 veces/día ambos mejoraban su calidad de vida y el indice SCORAD (escala clínica usada para valorar la dermatitis atópica)1. Así mismo la aplicación de la crema con oleodestilado de girasol + la crema con corticoides resultó ser tan efectiva como aplicar dos veces al días los esteroides tópicos1. El oleodestilado de girasol también ha demostrado eficacia disminuyendo la extensión e intensidad de la dematitis atópica leve en pacientes pediatricos, disminuyendo el grado SCORAD y el prurito, así como el Índice de Calidad de Vida de la Dermatitis Atópica Infantil (ICVDAI)11.
Un campo de aplicación en el que se hace especial hincapié es en el del cuidado de la piel de neonatos (especialmente prematuros), con el fin de mantener la función barrera y disminuir la mortalidad y las infecciones nosocomiales2,3,9,12,13,14. Aunque en la mayoría de estudios se aprecian efectos positivos cuando se usa solo o comparándolo con otras sustancias como petrolatum3, se baraja la posibilidad de que el uso de aceites (especialmente oliva9) puede retrasar el desarrollo de la piel neonatal y en consecuencia producir problema tipo dermatitis atópica o eccema 1,9,13,16,20 por lo que se necesita más investigación para llegar a conclusiones significativas1,11,16. Ante la duda, procedería con cautela.
En los estudios se observa una tendencia a comparar el aceite de girasol con el aceite de oliva, que creo que son los más usados en los hogares españoles (o por lo menos en mi familia). La principal diferencia entre ambos es, de nuevo, la composición. El aceite de girasol es rico en ácido linoleico, mientras que el aceite de oliva presenta mayor concentración de acido oleico. A grandes rasgos, se trabaja la idea de que el ácido linoleico contribuye a preservar la función barrera de la manera ya descrita anteriormente, mientras que el ácido oleico puede ser un detrimento y llegar a causar eritema e irritación en la piel1,2,13,14,20.
En la práctica existen estudios contradictorios. Se ha comparado la aplicación de ambos aceites, observando lo que he descrito (el aceite de girasol causa beneficios mientras que el de oliva disminuye la integridad del estrato córneo y causa eritema13,14), pero también todo lo contrario16. Por ejemplo, en el estudio de Kanti et al. una aplicación tópica de aceite de girasol durante 10 días aumentó la TWEL y disminuyó la hidratación cutánea15. También hay que tener en cuenta los estudios en los que no se vieron diferencia alguna entre usar aceite de girasol o aceite de oliva1,9.
Sea cual sea el resultado, la comunidad concuerda como tendencia general en que se necesita más estudio para llegar a conclusiones significativas9,13,16.
Así mismo, se le atribuye cierto poder antiséptico, relacionado especialmente con la P. acnes, causante del acné 3,12,16, 17,19. Si a ello sumamos las capacidades antinflamatorias mencionadas y que es no comedogénico12,18, tenemos un combo muy interesante de cara al ámbito cosmético.
Toxicología
En general, el aceite de girasol no suele producir anafilaxias y su uso se considera seguro11,21. En un informe de 2011 se revisaron varios estudios que buscasen estudiar el potencial irritativo y sensibilizante de este aceite6. Se consultaron 7 estudios, con entre 42-108 participantes y empleando diversas formas cosméticas (cremas, jabones aceites de masaje…) con diferentes porcentajes de aceite de girasol (0,2% a 39,8%). En ninguno de ellos se apreció que el aceite de girasol produjese irritación primaria o sensibilizaciones6.
El problema radica en una de las proteínas13,21 que contiene: las LTPs («Proteínas Transportadoras de Lípidos»). Están presentes en la mayoría de especies del reino vegetal, y en pequeña cantidad llegan a ser tolerables por los alérgicos al aceite de girasol21. Refinando el aceite podemos eliminar estas proteínas e impurezas, además de conseguir una textura más fina y un producto inodoro20. De esta manera obtenemos un producto con menor probabilidad de causar problemas para usar en, por ejemplo, pieles de neonatos20.
En definitiva, el aceite de girasol es un producto muy apreciado por sus propiedades cosméticas (emolientes, antioxidantes y antinflamatorias) conferidas por su composición, y porque es un producto barato, accesible y no comedogénico. A pesar de encontrar numerosos estudios que avalan su eficacia, hay campos en los que se necesita más investigación, como el cuidado de la piel neonatal o como contraposición al uso de aceite de oliva (del que os hablaré en un futuro). No obstante, es un fantástico ingrediente que podemos encontrar en numerosos productos cosméticos, y que espero que tras leer esta entrada lo hayáis podido conocer un poco más en profundidad.
Espero que os haya gustado la entrada, y si te ha sido útil, compártela. De esta manera podrás ayudar a otras personas =)


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Ya sé un poquito más.
Besitos